La obligación voluntaria para operar de forma activa un sistema de gestión ambiental significa que los riesgos no calculables pueden ser evitados y nuevas oportunidades empresariales se abren. Beneficios que valen la pena en muchas maneras: Ahorro de costes a través de la mejora continua de la protección operacional/activa del medio ambiente Ahorro de recursos (por ejemplo, energía, agua) Aplicación oportuna de medidas de protección ambiental Cuotas reducidas para los procedimientos de aprobación Alto nivel de cumplimiento legal demostrable con respecto a las medidas destinadas a crear confianza en la relación con los clientes, autoridades oficiales, compañías de seguros y el público en general Cumplimiento de los requisitos del cliente en cuanto a conservación del medio ambiente se refiere (un requisito previo para su aprobación como proveedor) Mejora de la imagen como una organización con conciencia ecológica Reducción de riesgos ambientales.